Pérez Zeledón. Miguel Castro, usted lo ve en las calles de San Isidro de El General, cerca del parque, el pide dinero desde su silla de ruedas, detrás de este hombre de 60 años hay una historia larga, con momentos duros, decisiones que aun duelen.
Hace una década la silla de ruedas y Miguel se volvieron compañeros, un disparo le cambió la vida en solo segundos.
Miguel cometió distintos delitos que lo llevaron muchas veces a los Tribunales y lo llevaron a prisión, nació en San Isidro de el General y solo una vez vio a la mujer que lo trajo al mundo.
Delitos y condenas se volvieron sus acompañantes de viaje por la vida, ahora el arrepentimiento aparece en este hombre que vive en Lomas de Cocorí desde donde viaja todos los días hasta el centro de San Isidro de El General.
Ahí va en su silla, su compañera, con arrepentimiento del pasado y con agradecimiento del presente, creyente en Dios, él es Miguel Castro.