En el Territorio Indígena Cabécar de Ujarrás, en Buenos Aires de Puntarenas, comenzó a tomar forma el sueño de contar con una vivienda propia, para 54 familias de esta comunidad.
El fin de semana, comenzaron las obras constructivas, luego de un acto encabezado por la ministra de Vivienda y Asentamientos Humanos, Ángela Mata Montero, quien estuvo acompañada por los líderes indígenas locales, Nelson Zúñiga, presidente de la Asociación de Desarrollo y Domingo Mayorga del Consejo de Mayores.
El proyecto tiene una inversión de ₡1.049 millones, provenientes del Fondo de Subsidios para Vivienda del BANHVI y fue consensuado con la Asociación de Desarrollo Indígena del territorio la cual le otorgó un lote a cada familia.
Están ubicadas en las localidades cabécares de El Carmen, El Guanacaste, Sabana, San Vicente, Santa Cruz, Santa Rosa, Ujarrás Centro y Ujarrás Sur. En total se beneficia a 220 personas.
La ministra Ángela Mata Montero explicó sobre la tipología de las viviendas, las cuales fueron diseñadas respetando entornos naturales y su cosmovisión.
Para elaborar el diseño, planos y determinar los materiales constructivos de estas viviendas, arquitectos de las empresas Tasaa S.A y Somabacu S.A. realizaron una investigación antropológica, a partir de la relación de las comunidades indígenas con su medio ambiente y tradiciones, para delinear cómo serían las viviendas.
El diseño rescata la esencia básica de la arquitectura pasiva, que implica una casa levantada a varios centímetros del piso mediante pedestales de concreto para protegerla de las inclemencias del tiempo, aleros grandes para proteger las paredes de la lluvia y del sol, así como ventilación cruzada para darle frescura.
Las paredes externas e internas, los pisos, la estructura de techo y el cielo raso interno se edifican en madera tratada y certificada. Como solución sanitaria, se instalará un tanque séptico con sus respectivos drenajes.
Considerando la topografía del lote o las necesidades de cada familia, las viviendas se construyen en uno o dos niveles. Cuando tienen dos niveles, en el primer piso se ubica una sala de estar, cocina-comedor y por separado, la zona de pilas y servicio sanitario.
En el segundo nivel, se ubican dos o tres dormitorios, según el número de integrantes del núcleo familiar.
Además, en las zonas donde no existe suministro de energía eléctrica, se instala un sistema de generación de energía fotovoltaica para garantizar iluminación durante las noches y la conexión de utensilios de cocina o una radio.
Dagoberto Hidalgo, Gerente General del BANHVI comentó que la mayor parte de las viviendas se edifica en terrenos ubicados montaña adentro, donde el acceso y el acarreo de materiales es difícil.
Por ello se utilizan diversos transportes desde camiones, tractores, vehículos 4×4, hasta cuadrillas de trabajadores que llevan los materiales al hombro.
Este tipo de iniciativas, adaptadas a las necesidades de los pueblos originarios, se ha implementado en los siguientes territorios: Bribri Salitre, Chirripó Cabécar, Tayní Cabécar, Nairi Awarí, Ngöbe de Altos de San Antonio, Ngöbe de Conte Burica, Ngöbe de Coto Brus, Bribri Talamanca, Rey Curré, Boruca y Ujarrás.