Carmen Picado N.
Pérez Zeledón. Esos talentos no son hereditarios, pues en su casa, ningún familiar cercano se dedica a alguna de estas labores.
A sus 33 años de edad, “Chino” Mora, como es conocido, disfruta los logros alcanzados.
La música es una de sus pasiones; comenzó a cantar y a tocar trova en diferentes lugares.
Le apasionó tanto que grabó un disco que título: Tras el telón, que contiene ocho piezas originales.
Actualmente, se encuentra trabajando en su segundo disco, con la colaboración de un amigo que reside en Los Ángeles, Estados Unidos.
Como músico, toca la guitarra y hasta da clases para aprender a usar este instrumento.
La pintura es otra área que trabaja y la que más le apasiona, desde niño participó en concursos escolares.
Pinta en acrílico, le gusta experimentar y hacer obras de subrealismo y realismo mágico.
También, incursionó en la elaboración de artesanías con madera.
En este pequeño taller, las construye y posteriormente las vende en un local que tiene.
Santiago es casado y tiene un niño de cinco años, quien heredó el amor a la música y la pintura que tiene su padre.
Pero en su caso particular, no es algo hereditario, sino que hace lo que le gusta.
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