Corredores. El cumplimiento se registró la semana pasada durante un patrullaje que realizaba la Policía de Fronteras por la carretera que separa a Costa Rica de Panamá en el distrito de Laurel, cantón de Corredores, frontera sur.
En ese lugar los oficiales observaron un vehículo que no portaba placa delantera, lo cual es propio de los vehículos panameños, por lo cual le ordenaron a su conductor detenerse y así determinar en qué condiciones estaba circulando por suelo costarricense.
El conductor, un panameño de apellido Castillo, de inmediato obedeció la orden y luego de una revisión del auto, los oficiales fronterizos localizaron 30 cajas de cartón, cada una de las cuales contenía 75 batas estériles desechables.
No obstante, según una factura que portaba el sujeto, el cargamento consistía en 35 cajas, todo lo cual tenía un valor que superaba los 4.000 dólares, es decir cerca de 2,3 millones de colones.
De acuerdo con lo manifestado por el panameño a los miembros de la Policía de Fronteras, ya había vendido cinco del total de 35 cajas con el citado equipo de bioprotección.
En vista de que había introducido a territorio costarricense dicha mercadería sin el debido pago de impuestos, los oficiales fronterizos decomisaron las cajas y las pusieron a la orden de la Policía de Control Fiscal.
Dicho cuerpo policial, perteneciente al Ministerio de Hacienda, también decomisó el auto en que se transportaba el vendedor de batas estériles, pues no contaba con ningún permiso para circular por suelo costarricense.