Los registros y estudios llevados por mucho tiempo sugieren que hace unos 3000 años del este de Asia comenzaron a migrar algunas personas hacia islas deshabitadas en medio del Pacífico.
La evidencia también sugiere que unos 2000 años después inventaron la canoa de doble casco para seguir más hacia el este hasta llegar a Hawái e Isla de Pascua (Rapa Nui en lengua nativa).
Durante muchos años, también, los arqueólogos y antropólogos discutieron, cuestionaron y buscaron sobre si esas canos polinesias llegaron hasta América.
Pareciera que esas dudas se evacuaron y un nuevo estudio asegura que sí.
Las investigaciones revelaron que hoy en día, habitantes de Isla de Pascua, y de otras cuatro islas Polinesias, poseen pequeñas cantidades de ADN de personas que vivieron hace 800 años en Colombia.
La hipótesis o explicación que toma más fuerza es que los polinesios llegaron a América del Sur y luego llevaron Sudamericanos de regreso en sus botes.
«Estudios genéticos previos también habían insinuado que las personas en Rapa Nui tenían algunos antiguos ancestros sudamericanos. Pero el nuevo estudio ofrece un caso más convincente, porque los investigadores analizaron a más de 800 personas utilizando una serie de nuevas y sofisticadas herramientas estadísticas», recopila Infobae en su reporte web.
El hallazgo se dio luego que Andrés Moreno Estrada, genetista, y su esposa, Karla Sandoval, antropóloga, empezaron a estudiar la genéticas de poblaciones indígenas de América Latina, porque la mayoría de estudios se basan en ascendencia europea.
En 2013 comenzaron a investigar con científicos chilenos la Isla de Pascua.
“Estaban interesados en saber si realmente pertenecían a las islas polinesias”, dijo Sandoval, quien ahora trabaja con Estrada en el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad en Irapuato, México; según un reporte del The New York Times.
Un estudio previo dirigido por Anna-Sapfo Malaspinas de la Universidad de Lausana evidenció que 27 isleños tenían ADN ascendiente de América del Sur.
«Al parecer, parte de su ADN nativo americano había sido heredado de inmigrantes recientes de Chile. Pero otras piezas eran diferentes, lo que sugiere que se originaron de los nativos americanos muchas generaciones antes», apunta Infobae.
Para comprobar el hallazgo, los investigadores compararon el ADN de 809 oriundos de Isla de Pascua y otras islas polinesias, así como de países desde México hasta Chile que pertenecen a la costa Pacífica.
Descubrienron que la mayoría no tenía antepasados chilenos reciente. De ellos contrajeron el ADN nativo americano como el europeo. Sin embargo, seis de los polinesios no tenían ninguna ascendencia europea.
Su ascendencia nativa americana tenía un origen diferente: la población zenú de Colombia. Además, los científicos encontraron piezas iguales de ADN en otras personas en cuatro islas al este de Polinesia.
“Cuando vi eso por primera vez, pensé que algo iba mal y que necesitábamos corregir lo que hacíamos”, dijo al NY Times Alexander Ioannidis, investigador postdoctoral en la Universidad de Stanford y coautor del estudio. “Entonces nos sumergimos más profundamente. Llevó un tiempo darnos cuenta de que esto era real”.
Los investigadores pudieron entonces estimar cuánto tiempo atrás vivieron esos ancestros nativos americanos, midiendo el tamaño de los fragmentos de ADN. Las extensiones de ADN compartido se hacen más pequeñas con cada generación que pasa.
Los investigadores hallaron que todos los tramos de ADN tipo zenú en los polinesios tenían aproximadamente el mismo tamaño. Calcularon que provenían de parientes zenú que vivieron hace unos ocho siglos.
“Es bastante sorprendente que puedan encontrar esta evidencia del contacto entre estas poblaciones”, dijo Malaspinas.
Patrick Kirch, arqueóloga de la Universidad de Hawái, expresó que este escenario encaja con otras líneas de evidencia, incluida la comida que consumen los polinesios.
Por ejemplo con el camote (también llamado batata), que se originó en América del Sur. Kirch y sus colegas encontraron restos de camote de siglos antes de que los europeos llegaran al Pacífico.
Otros expertos de la Universidad de Hawái refutaron la hipótesis y calificaron la idea como obsoleta, porque no existe evidencia arqueológica en el continente.
Con información del The New York Times e Infobae