Osa. Los trabajos que se llevan a cabo en la esfera ubicada en El Silencio en el cantón de Osa, son explicados por Isabel Medina de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del Instituto Nacional de Antropologías e Historia de México, quien coordina la misión de restauración.
Y es que desde el 15 de abril de este año, un equipo de profesionales en arqueología y conservación-restauración de México y Costa Rica, unidos por un acuerdo de cooperación binacional, trabajan en la estabilización y optimización de la lectura de la esfera precolombina, el monumento escultórico más grande del país y que se encuentra en uno de los 4 sitios Patrimonio de la Humanidad.
El equipo de especialistas trabaja en la limpieza en seco y en húmedo, la recuperación y la reintegración de fragmentos de roca desprendidos de la esfera que fueron resguardados por el Museo Nacional en los últimos años.
Para estos trabajos, cuentan con equipo especial.
Asimismo, se efectuaron tareas de estabilización con el fin de que el deterioro en la esfera se reduzca y no continúe.
Llegar a la intervención de la esfera de El Silencio implicó un proceso interdisciplonario y sistemático de documentación, estudio y diagnóstico, que suma para este 2019, más de tres años en campo y laboratorio.
La esfera que se interviene mide 2.66 metros de diámetro y pesa cerca de 24 toneladas.
Esta esfera ha sufrido a lo largo de los años las agresiones del clima e incendios provocados.
El Silencio es, junto a los sitios Grijalba 2, Finca 6 y Batambal, uno de los cuatro sitios Patrimonio de la Humanidad, incorporados a esta categoría por la UNESCO en el 2014.
La extensión total del sitio es de unas 20 hectáreas, y en la parte posterior, está la esfera precolombina más grande registrada hasta ahora está elaborada en un tipo de piedra ígnea llamada gabrodeorita.