Cinthya Avila R.
Pérez Zeledón. Ana Marita Jiménez, es una mujer madura y quien afirma que gracias a la corta de caña y las labores de campo a sacado a su familia adelante.
Marita tomó un ratito de su valioso tiempo cuando la encontramos en un cañal propiedad de su familia, ella estaba concentrada en la corta; sin embargo, accedió a conversar con SN.
Cuando nos acercamos logramos notar el sudor en su cara resultado de varias horas de labores en el campo, así como la ropa de trabajo demostraba la fuerte faena que realizaba.
Ya a las 7:00 de mañana ella está aquí cuando se trata de los meses de zafra, pero antes por supuesto tuvo que haber realizado otros oficios en su casa.
Cuando apenas calienta el sol toma su cuchillo, su sombre, guantes y uno que otro pañuelo para protegerse y limpiarse del sol, y a trabajar se ha dicho.
Aunque afirma que es cansado estar cortando caña, sabe que no puede desistir ya que sus hijos dependen de ella., no cuenta con un esposo que le ayude, pero si con fuerzas para salir adelante cada día.
Muy pocos cuando tomamos una cucharaditas de azúcar para endulzar un cafecito, nos detenemos un instante para analizar de donde viene el azúcar.
Quizá nuestra mente nos dirija hasta un gran ingenio donde se procesa la caña, pero es bueno saber que para que todo esto suceda primero se tiene que dar la siembra, el abono, la quema y la corta de caña, y es aquí donde el papel que juega Marita y miles de cañeros suma mucho valor.
Sin embargo no solo en la corta de caña se desempeña esta mujer, ella cuando está la época de recolección de café también realiza esta labor, así como otras pero siempre en el campo.
Y no es que le gusta dedicarse a esto, aunque no le molesta, sino más bien que el deber y las obligaciones la llaman.
Sin duda alguna ella es una mujer ejemplar, emprendedora y sobre todo consciente de que todo en la vida merece un sacrificio.