Corredores. El fin de semana un grupo de oficiales de la Policía de Fronteras tuvo una misión muy especial, pero no se trataba de un cargamento de drogas, ni la captura de un prófugo internacional, sino hacer posible que los niños de una comunidad de la frontera sur pudiera disfrutar estas vacaciones.
Dada la estrecha relación que esta unidad policial ha establecido con las comunidades del sur, durante un patrullaje por la urbanización Palma Real de Ciudad Neilly, Corredores, ellos se dieron cuenta de que los niños no tenían donde jugar porque el parquecito infantil estaba totalmente cubierto por zacate gigante, entro otras malezas.
Es por ello que, armados ya no de pistolas, sino de motoguadañas, machetes y rastrillos, los policías fronterizos se abocaron a devolverles a los pequeños el anhelado espacio donde meses atrás podían jugar sin temor a una serpiente o a cualquier otro peligro.
El día que realizaron la limpieza, conforme iba avanzando la mañana más y más niños llegaban al parquecito, pero no para jugar, sino para ayudarles a sus amigos policías a terminar más rápido esta importante misión.
Según lo relatado por lo oficiales de la Policía de Fronteras que realizaron esta labor, pocas veces han salido tan satisfechos al culminar una misión como ocurrió esta vez, pues la tarde de ese día fueron muchas las sonrisas, los abrazos y las caritas felices que pudieron apreciar
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