Golfito. Los guardacostas visitaron la escuela de Residencial Ureña, pero no fueron con las manos vacías, llevaban consigo dos bicicletas que compraron con una colecta que hicieron entre compañeros para donárselas a dos niños que viajan todos los días desde Playa Cacao a Ureña para estudiar.
Estos pequeños tenían que caminar cerca de 40 minutos diarios y ahora podrán viajar más rápido en sus dos ruedas.
El trabajo de los guardacostas va más allá del trabajo en el mar, dijo Epson Rodríguez, el nuevo comandante de Guardacostas en Golfito.
El nuevo jefe quien vino desde Limón se siente complacido en proyectarse a la comunidad y así poder servir a los demás.