Las dos caras del comercio generaleño en tiempos de pandemia

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La reapertura e inicio de la nueva normalidad dio una bocanada de aire a la mayoría de comerciantes de Pérez Zeledón. Sin embargo, la brecha entre sectores se ensanchó y creó dos caras: los que salen del coma económico y los que luchan por sobrevivir.

Según un sondeo realizado por TV Sur Noticias, poco a poco los negocios del centro del cantón levantan sus ventas. Eso sí, hay que excluir a los relacionados con turismo. Esos siguen en estado crítico.

Al inicio del confinamiento, a finales de marzo, el sector privado realizó malabares para sostener planillas, evitar la quiebra, lograr vender y así un montón de medidas para sobrevivir.

«Hay varios compañeros que están suspendidos y nosotros que estábamos a medio tiempo, ahora casi que estamos a tiempo completo», contó Steven Fallas, quien trabaja en e restaurante Delicias Kuki, al costado sur del parque central.

 

Steven Fallas trabaja en Delicias Kuki y asegura que las ventas mejoraron con la reapertura. Foto: Esteban Mora

 

Según los cálculos de Fallas, las mañanas y horas de almuerzo tienen una tónica completamente distinta a la de hace algunas semanas.

«Podría decirle que ahora se hace más del doble que hace unos días. Tal vez antes en mi tiempo se atendían 100 personas, ahora se atienden 200, 250», agregó.

Sobre el discurso de Steven Fallas coincidió Carolina Ureña, administradora de la tienda departamental DECAVISA, quien también recalcó un repunte en las ventas.

Incluso, el ambiente mejoró tanto, que ya poseen una fecha para tomar nuevas medidas comerciales y laborales.

«Se supone que hasta el 25 de este mes (junio) ya se quita la jornada laboral a la mitad, se supone que ya se tiene que normalizar. Depende de lo que diga el ministro, eso sí», señaló Ureña.

 

Tecnología: aliada salvadora

Steven Arias posee una marca llamada PIPE. Se trata de ropa para hombres, principalmente, y según él durante los tiempos de pandemia los golpes a su tienda son mínimos por estar con fortaleza y presencia digital.

«Antes que iniciara la pandemia, nosotros acatamos las medidas. Enviamos a todos para la casa, tres semanas, pero les pagamos el salario completo. (…) Realmente por redes sociales y por plataformas seguimos vendiendo», explicó Arias.

Conforme las medidas fueron bajando su rigidez, los trabajadores tramitaban los pedidos e iban a repartirlos en un vehículo de PIPE SHOP. Algo que el empresario dijo que están acostumbrados hacer desde hace tiempo atrás.

«Vieras que la tienda ahorita, y desde hace un par de años para acá, maneja 19 o 20 personas que trabajan directa e indirectamente y si no nos hubiéramos digitalizado, probablemente, seríamos otra tienda cerrada como hay muchas», adujo.

El empresario aconsejó a otros emprendedores que busquen asesorías, capacitaciones y estudiar sobre marketing digital.

«Hay que tratar de ver gigantes en esa área y ver qué están haciendo ellos para hacer yo. Porque, diay, si usted se rodea de gigantes, se hace gigante», dijo.

 

El otro rostro

Las tiendas de souvenirs tienen su motor principal en el turismo. Motor estancado desde el 19 de marzo, con el cierre de fronteras. Foto: carácter ilustrativo/Esteban Mora

Aunque las cosas comienzan a pintar bien para la mayoría de comercios generaleños. Hay un sector sondeado que está en jaque y se trata de aquellos locales que sobreviven a costillas del turismo.

Pese a que el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) dio capacitaciones y avaló los protocolos para la reapertura gradual del sector hotelero y aunque el sector turismo va resucitando poco a poco, el cierre de fronteras hasta el 30 de junio mantiene en coma a pequeños comercios como Chally’s Souvenir.

Ubicado contiguo al tradiconal Hotel Chirripó, a un costado del parque generaleño, Chally’s Souvenir sigue vendiendo menos del 50% de lo que lograba en épocas normales, según Kristel Salazar, trabajadora del lugar.

«Lo más que vendemos es para el turismo. Había días buenos y malos, pero como esto es souvenir a veces una sola persona me hacía el día, se llevaba 100 mil colones en souvenirs, a como ahora pueden entrar 20 personas y no llego ni a 50 mil colones», explicó Salazar.

La dependiente contó que el establecimiento estuvo cerrado por mes y medio y que las jornadas laborales llegaron a ser, incluso, menos del medio tiempo. La incertidumbre les acecha, ya que el futuro no es claro con ‘la nueva normalidad’.

 

Resilientes

Los artesanos también dejaron de percibir entrada económica. Sus productos dejaron de comprarse. Foto: Carácter ilustrativo/Esteban Mora

Algunos comerciantes coinciden que durante los, prácticamente, tres meses de confinamiento, la toma de decisiones fundamentales sobre empleo, economía y administración, las únicas ayudas que recibieron son las moratorias en pagos de impuestos, patentes y demás. Las capacitaciones, orientaciones e inducciones para adaptarse a las tecnologías de la información brillan por su ausencia.

La sobreviviencia de los comercios se dio por resiliencia, la capacidad de sobrevivir a experiencias traumáticas.

A algunos les tocó improvisar sobre la marcha para vender a través de internet, otros ya venían más encaminados y la pandemia del COVID-19 fue solo una prueba superada y otros apenas comienzan a aprender.

«Duramos mes y medio sin nada. Porque se cerró. Igual mis jefes tuvieron que seguir pagando: alquileres, recibos, patentes y esas cosas.  (…) Yo trabajo con una compañera y que por la situación nos dividimos en el ratito y estamos a menos de medio tiempo. (…) Nosotros solitos (es como se han ayudado) por medio de Facebook, por medio de Whatsapp», detalló Kristel Salazar.

Pero la cadena no se queda ahí, sino también en los artesanos y productores locales que dan salida a sus manualidades a través de estas tiendas de souvenirs.

«Lo que son artesanías no se ha comprado y souvenirs a nadie se les ha comprado. Lo que es el producto de aquí no se ha vuelto meter, porque no se vende», concluyó Salazar.

Por el momento, el comercio es una jungla donde sobrevive el más audaz, creativo e innovador. Sin herramientas suficientes y con ayudas mínimas.