Punta Burica. Sin importar los acantilados que tengan que escalar, los terrenos pantanosos, ríos o quebradas que tengan que cruzar, ellos siempre están dispuestos a resguardar la soberanía nacional.
Ellos son los oficiales de la Policía de Fronteras de Punta Burica, nuestra más remota frontera terrestre en el sur del país.
Y aunque el puesto de Burica constituye una unidad terrestre, ellos vigilan no solo tierra adentro, sino también la porción de playa y, desde esta, el mar adyacente a esta península compartida entre Costa Rica y Panamá.
Sus patrullajes duran muchas horas, pero en caso de suscitarse una emergencia, como cuando han tenido que socorrer a algún lugareño o a familias enteras, esa caminata puede tardar días.
Ellos son los incansables guardianes de Punta Burica, los guardianes de nuestra soberanía en un territorio donde no hay ninguna otra autoridad y donde, los lugareños no tienen a nadie más a quién recurrir cuando necesitan ayuda.