Niños indígenas de Punta Burica tendrán una navidad diferente gracias a la Policía de Fronteras

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La comunidad de El Valle de Burica, en Golfito está muy cerca de la frontera con Panamá y es la convierte en uno de los caseríos más remotos del país.

Los niños y niñas que viven en este sector en su mayoría son pertenecientes a la etnia gnöbere o guaymí y soñaban con celebrar la Navidad.

Sin embargo, ellos no tienen donde comprar adornos, porque están rodeados de selva y mar, por lo que Dennis Herrera, el maestro de la escuela de la comunidad, ideó una estrategia para cumplir el sueño de los pequeños.

En otras ocasiones, los miembros de la Policía de Fronteras auxiliaron a algunos de los pobladores de Burica cuando se han enfermado o  sufrido un accidente.

Pero esta vez el docente les pidió ayuda a los únicos funcionarios públicos que los visitan periódicamente, los policías fronterizos del puesto de Punta Burica, para cumplir un deseo de sus pocos estudiantes.

Es por ello que el equipo que entró esta semana a Burica tenía una misión muy importante, llevarles un arbolito de Navidad a los alumnos de la escuela de El Valle.

Los oficiales de la Policía de Fronteras no solo cumplieron con la petición del maestro Dennis Herrera y sus alumnos, sino que además les llevaron gorritos y adornos para el árbol, el cual ellos también ayudaron a armar y decorar.

Para estos hombres y mujeres, acostumbrados al trabajo rudo y agotador en las comunidades fronterizas, la mayor satisfacción en este caso fue las sonrisas de felicidad que despertaron en los pequeños habitantes de Burica, así como los abrazos que recibieron a cambio de su gesto de llevarles un arbolito.

Desde ya en esta remota zona viven una navidad diferente gracias a los oficiales de fronteras.