Hace 51 años – el 11 de julio de 1969 – se hizo el primer depósito en el Banco Popular, institución que surgió de la visión de futuro y el compromiso social de personas como el presidente de la República, José Joaquín Trejos Fernández, y la diputada Cecilia González de Penrod.
En medio de un ambiente de transformación social, donde se requería de la atención urgente de una clase trabajadora sin acceso al sistema financiero, la hoja de ruta del Banco Popular se trazó con claridad: democratizar el crédito, luchar contra la usura y estimular la capitalización social del ahorro como factor estratégico del desarrollo.
Más de cinco décadas después, esa misión está más vigente que nunca y quienes conformamos el Banco Popular y de Desarrollo Comunal, ratificamos el compromiso de seguir construyendo bienestar y ser parte de la solución a la grave crisis económica y social que vive el país ante los efectos de la pandemia.
A través del equilibrio entre nuestra solidez financiera y el sello social, estamos llevando adelante acciones para responder de forma ágil, oportuna y eficiente a miles de personas trabajadoras y sectores que están siendo afectados.
Hechos, no palabras
Ejemplo de esto es como responsablemente, y en cumplimiento del deber establecido en la Ley Orgánica y la Ley de Protección al Trabajador, haremos en los próximos días la distribución a las operadoras de pensiones de más de ¢137 mil millones por concepto del Fondo de Trabajo, compuesto por el Ahorro Obligatorio de cada trabajador y el respectivo Aporte Patronal, en beneficio directo de más de 1.5 millones de personas y su futuro. Solo en los últimos años distribuimos por este concepto más de ¢720 mil millones de colones, incluyendo más de ¢37.300 millones de intereses reconocidos por la Institución, beneficiando cada vez a una cantidad mayor de personas.
También trasladamos más de ¢12 mil millones – provenientes de las utilidades del año 2019 –, tanto a los Fondos Especiales que permiten, por ejemplo, brindar acceso a vivienda a familias de clase media y baja, así como al Fondo Especial para el Desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas (FODEMIPYME) y al Programa Mujer BP Empresaria, entre otros.
Además, hemos brindado opciones de apoyo directas para aquellos clientes que depositan su confianza en el Banco Popular y que han sentido los efectos de la crisis. En una primera fase – desde el inicio de la emergencia – a través del ‘Programa Beneficio Solidario’ se aprobaron 84 mil operaciones, con más de 60 mil personas físicas y jurídicas beneficiadas, lo que representó un alivio en el flujo de caja y cuotas de operaciones, con un impacto en saldos de cartera por el orden de 1.08 billones de colones.
El pasado 25 de junio se lanzó una segunda fase de medidas, incluyendo ampliaciones de plazos, ajustes de tasas de interés o periodos de gracia para clientes. En solo dos semanas ya se registran casi 20 mil operaciones, para atender en total unas 11 mil solicitudes, con saldos de cartera por el orden de los ¢250 mil millones.
Y como el eje del modelo del Banco Popular es la protección de las personas trabajadoras, en el debate sobre las tasas de interés hemos dicho con claridad que, lejos de cerrar puertas, vemos en las nuevas regulaciones una oportunidad y estamos revisando todos los productos que ofrecemos para seguir garantizando que sus condiciones siempre sean la mejor opción del mercado. La fortaleza patrimonial y enfoque social del Banco no ha sido el resultado de generar cobros de este tipo, por lo que la prioridad siempre será el cliente.
Eficacia y responsabilidad social
Este es el compromiso claro que tenemos con Costa Rica y el 51 aniversario del Banco Popular nos permite ratificarlo con decisión, generando opciones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos; siendo cada día una Institución más competitiva, cercana y de alto nivel tecnológico, que con liderazgo responsable y claridad estratégica hoy conforma un Conglomerado Financiero sólido y moderno, incursionando con éxito en los mercados de pensiones, fiduciario, bursátil y de comercialización de seguros.
Nos hemos fijado metas ambiciosas para los próximos años de historia, y alcanzarlas solo será posible con el empuje y la participación efectiva de todas las personas trabajadoras del país, que son los dueños y dueñas del Banco Popular.
A todos nos une el amor por Costa Rica, así como el anhelo de construir una sociedad más justa, inclusiva y sostenible, base esencial para un mayor crecimiento. Ahora, el momento complejo que atravesamos demanda que trabajemos más juntos que nunca por ese objetivo y nuestro futuro; es tiempo de colaborar y el Banco Popular responderá con eficacia y responsabilidad social.