Relato detrás de un fatídico accidente en el Cerro de la Muerte

0
1001

No siempre al que madruga Dios lo ayuda. Hay ocasiones que factores externos cambian el rumbo de la vida… o la apagan y ahí solo queda, para los creyentes, aferrarse a Dios.

Son factores producto del libre albedrío, donde nada más el destino ve cómo una decisión escribe el desenlace e inicia muchas situaciones.

El lunes 1° de junio, Daniel y Claudia iban hacia Guápiles a dejar un amigo. Salieron de División, en el Cerro de la Muerte, alrededor de las 4:00 a.m., según Ileana Rojas Mena, hermana del conductor.

Cuando pasaron la curva después de la plaza de la Trinidad de Dota, relatan testigos, un vehículo a alta velocidad, que venía sentido Cartago-Pérez Zeledón, invadió su carril y ocasionó un mortal accidente.

La versión de testigos es que el vehículo café circulaba a alta velocidad e invadió el carril contrario. Foto: Bomberos de Costa Rica.

Producto del percance, Claudia Chinchilla murió a sus 32 años, Daniel Hidalgo Mena, de 29, se debate entre la vida y la muerte, igual que el amigo, cuyo nombre no trascendió.

Lo único que se sabe del otro chofer es que en apariencia es oriundo de San Vito y fue trasladado en condición estable a una clínica, no tuvo lesiones de gravedad. Además que su alcoholemia dio negativa, acorde con datos recabados con Cruz Roja y Policía de Tránsito.

También se sabe que Daniel y su amigo fueron trasladados al Hospital Max Peralta, de Cartago, con urgencia y ahora la familia de Hidalgo se debate en un vericueto de sentimientos apoyando al hermano, hijo, tío y novio que perdió en el mismo accidente a su pareja con la que sostuvo relación durante cinco años.

«Es muy difícil esta situación, como familia ella (Claudia) era parte de la familia, (…) estamos muy afectados hasta con el sentimiento de mi hermano que él no pudo estar con ella, (…) él se acuerda del accidente y empieza a llamar a Claudia, la novia, entonces a él lo sedan para que esté tranquilo», contó Ileana Rojas, hermana de Daniel, quien se encuentra internado con lesiones en los huesos y órganos vitales seriamente comprometidos, como los pulmones.

Daniel Hidalgo y Claudia Chinchilla viajaban en el vehículo verde hacia Guápiles, según familiares. Fotografía: Tomada de CRHoy.com.

Tanto Daniel como su amigo son campesinos. Según la hermana, Ileana, actualmente trabajaba como peón en un cafetal, pero se desempeña en lo que saliera: recolectando moras, cultivando, «en todo lo que tenga que ver con el campo».

La situación es sumamente compleja, ya que él era el sustento para su mamá, una mujer diabética, y que ahora viaja al Gran Área Metropolitana para acompañar a su hijo.

Este relato, podría parecer ajeno -tal cual lo acepta Ileana-; empero, nadie está excento a recibir una noticia tan fatídica como la de ese lunes. Es más: nadie está excento a provocarla.

Pero si se conduce con precaución y calma, las posibiidades se reducen en un porcentaje muy alto y esa es la razón por la que los familiares aceptaron hablar: para hacer entender al lector que detrás de cada volante hay una persona con familia, obligaciones y vida, lo más valioso.

Después del suceso, vienen momentos duros, agrega Rojas. Quienes han vivido alguna situación similar respaldarán la versión.

Mujer fallece y dos personas quedan graves en Cerro de la Muerte

La pesadilla después de un accidente comienza por una llamada y a partir de ahí el mundo cambia.

«La primera que recibe la llamada es mi mamá. Ella me llama a mí, llama a mi hermano mayor y esto para la familia es devastador, porque uno no sabe ni qué pensar, ni qué hacer, sinceramente. Yo me solté a llorar, me solté en un temblor, me descompuse, fue un día terrible», contó Ileana Rojas.

Según el Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, al cierre de mayo, atendieron más de 800 accidentes en el año, donde, por lo general, se les necesita por el equipo hidráulico para extraer personas.

La situación actual limita los desplazamientos a cualquier hora y es por eso que las autoridades insisten que lo haga solamente cuando sea estrictamente necesario y con tiempo.

Esto se trata de provocar que menos familias reciban llamadas donde se les dice que uno de los suyos se accidentó.