Bárbara Céspedes C.
Pérez Zeledón. Ante la imposibilidad de tener un hijo, María Elena buscó las alternativas para quedar embarazada, sin embargo el diagnóstico del médico fue que no iba a ser posible.
Después de dos años y medio que tardó los análisis psicológicos y legales, pudieron completar su familia.
Aaron Josué, fue uno de los 3750 niños y niñas del país que se encuentran en alguno de los 43 albergues manejados por el Patronato Nacional de la Infancia y 56 que están a cargo de Organizaciones no Gubernamentales, esperando por cumplir su sueño de tener una familia.
La vida de este pequeño no fue siempre alegría y felicidad, desde que estaba en el vientre de su progenitora, no era un niño deseado y las autoridades se hicieron cargo de él.
Luego de pasar menos de un año con familias que colaboraban a ayudar a niños con historias similares, Aaron tuvo una nueva oportunidad.
El nuevo integrante de la familia Rojas Cascante, vino a darle un rumbo distinto al estilo de vida de sus padres.
Pero el tener un hijo adoptivo, no es un proceso fácil, ya que desde pequeños necesitan adaptarse y para eso es necesaria terapia.
Estos padres primerizos presenciaron el primer cumpleaños de Aaron, así como sus primeros pasos y sus primeras palabras.
A pesar que los embarazos los viven cien por ciento las mujeres, quienes sienten los primeros movimientos y los une el vínculo de compartir el mismo cuerpo durante nueve meses, la adopción no es un proceso distinto.
Aunque este es el segundo hijo de Steven el proceso fue como si hubiera sido un proceso natural.
María Elena y Steven, no descartan volver adoptar y cambiar la vida con amor a aquellos pequeños que nunca se les dio.
| 